Preguntas a un dios (R) - Leosinprisa



Leosinprisa


Para comentar este texto usa una cuenta de Gmail, o el servicio anónimo o Nombre/URL. Si utilizas estas opciones, no olvides indicar tu seudónimo o tu nombre con el que has publicado, para que puedan visitar tu relato.

***

—¡Aquí! Pero si esto es… — exclamó Munchausen, sorprendido por el lugar donde habían llegado en su viaje.

—Si, esto es lo que ves. Sin artificios ni engaños, es tal cual como crees —habló divertido Caricabís, mientras bebía de una de las copas que sostenían sus largos tentáculos.

Munchausen lo miró con un gesto colérico. Estaba acostumbrado a las vueltas de tuerca y bromas de su acompañante, el siempre misterioso e impenetrable Caricabís, el viajero estelar. Pero esta vez se había superado.

—Pero si aquí hacen pasteles, dulces… esto es una confitería — dijo el humano al prestar atención sobre un caracol de algo parecido a chocolate, nata y fresa. Era apetitoso, pero temía que no fuera digerible para su estómago.

—Puedes probarlo si lo deseas, en La Factoría de Paisa siempre ofrecen el mejor producto —contestó el viajero estelar.

—Me dijiste que aquí encontraría a un dios, un auténtico dios que respondería a todas mis preguntas sobre el universo. ¿Me estás tomando el pelo de nuevo?

—Por supuesto que no, este es un asunto muy serio. Paisa es un verdadero dios…

—¡Un dios pastelero! —interrumpió Munchausen a su amigo.

—A él siempre le encanta endulzar la existencia de los seres menores. Deberías estar agradecido de que te haya traído aquí.

—¡Oh, Dios! Esta es otra de tus bromas. Estoy seguro.

Caricabís no dijo nada, solo se limitó a señalarle a un individuo que se entretenía en adornar unos suculentos pasteles. Tenía cuerpo de babosa, con unas largas patas de araña que movía con una gracia especial. Sus manos, pequeñas y hábiles, se afanaban de forma hipnótica en su labor. Con sus tres ojos en triangulo, grandes y rojos como si en ellos crepitara un intenso fuego, dirigió su mirada hacía los recién llegados.

—Amigo mio, que agradable visita —dijo Paisa al verlos, acercándose hasta ellos—. Y has traído un adorable bebé. Que mono.

Munchausen se quedó estupefacto, sin saber que responder ante lo que creía una afrenta.

—Es un humano de la Tierra, adulto y desarrollado —afirmó Caricabís en un intento de evitar ese agravio a su compañero.

—Lo sé, mi querido amigo. Pero yo sigo viendo a un bebé —contestó Paisa con lo que parecía una amigable sonrisa, aunque a Munchausen aquellos largos dientes como agujas le provocaran una gran inquietud.

—No se cree que eres un dios. Un ser inmortal y poderoso que no rinde cuentas a nada ni a nadie —dijo Caricabís—. Y que conoce todas las respuestas a los mayores enigmas.

—Así es. Aunque nunca presumo de ello, mi mayor deleite es la creación de pasteles.

Munchausen no podía dar crédito a lo que escuchaba. Una entidad más antigua que el propio tiempo y dotada de un intelecto sobrenatural, aficionada a la pastelería.

—También creo que mi apariencia lo está intimidando, pero eso tiene fácil arreglo —Paisa cambió de forma ante sus ojos, transformándose en un anciano de larga barba blanca, agitada con un suave viento, que presumía querer ser adorable y cercano, aunque parecía más una divinidad griega, hercúlea, omnipotente y justiciera. Eso no tranquilizó al humano.

—Sí tienes preguntas es el instante idóneo para resolverlas —indicó el viajero estelar.

—¿Porqué morimos? ¿Qué hay tras la muerte? ¿Existe un mal o un bien absoluto?¿Hay castigo o recompensa por nuestras acciones? ¿Qué es lo que importa en nuestras vidas? ¿Para que existimos? ¿Por…

Paisa alzó su mano interrumpiendo su batería de preguntas. Miró a unos dulces y pasteles que había en una larga mesa, acabados y dispuestos para ser consumidos, cogió uno de ellos, el de forma de caracol que había llamado la atención de Munchausen y se lo ofreció.

—Esto es cuanto puedo darte —dijo depositándoselo en las manos y dando la vuelta para seguir con su tarea, ignorando a esos visitantes. Ambos viajeros comprendieron que era hora de irse, aunque el gesto anonadado del humano indicaba que no estaba nada satisfecho.


—Vaya birria de dios. Ni siquiera se ha dignado en contestarme
—protestó Munchausen, irritado por aquella situación.

—Yo creo que ha hecho cuanto ha podido por agradarte. Es que los humanos sois muy complicados, pensáis demasiado.

El hombre se dispuso a comer aquel pastel. Nunca había probado algo tan exquisito ni creía que pudiera volver a hacerlo. Incluso se chupó los dedos con deleite.

—Te ha enseñado una lección práctica que nunca deberás olvidar
—afirmó el viajero estelar dando un nuevo sorbo a una copa.

—!Ah, sí! ¿Cual?

—Que disfrutes siempre del momento —dijo Caricabís y ambos quedaron en un meditabundo silencio.

13 comentarios:

  1. Una buena versión de las extrañas aventuras del Barón de Münchhausen, Leosinprisa.
    Bastante imaginativa e irónica y desarrollada en forma amena.
    Me intriga de donde sacaste lo de paisa.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Leosinprisa
    Interesante e ingenioso relato. Conocer las respuestas no implica que puedas transmitirlas, ni que puedan ser comprendidas. Considérate satisfecho con un buen pastel. Muy bueno.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Buenas, Leosinprisa.

    Un relato muy curioso. No conozco las aventuras del Barón de Münchhausen, pero lo buscaré.

    He encontrado un triangulo sin acento, y al final del texto las rayas de diálogo se han desplazado hacia abajo. No sé si ha sido un fallo al enviar el texto en el formulario.

    "—¡Aquí! Pero si esto es… — exclamó Munchausen..." y aquí "—Pero si aquí hacen pasteles, dulces… esto es una confitería — dijo el humano al...", el guión de diálogo que abre paso al narrador tiene un espacio de sobra.

    Me ha gustado la historia, y las palabras quedan muy naturales. Buen trabajo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Leosinprisa. Una historia de fantasía que he leído con agrado. Encuentro dos párrafos al final que seguro es culpa de la transcripción. Nada más. Desearte buenas fiestas y mejor año. (el chaval 12)

    ResponderEliminar
  5. Como ya te han dicho lo que se puede mejorar, solo agregaré que me gusta esa irónica alegoría, en la que por toda respuesta a nuestras infinitas preguntas nos dan un dulce en forma de infinitas vueltas de caracol. Diez puntos.
    Excelente.
    Enhorabuena y Felices Fiestas

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Leo sin prisa para asimilar el contenido. En mi tierra, que puede que sea la tuya, decimos que para ese viaje no son necesarias alforjas. Es lo que yo me planteo todos los días, cuando veo que los granos de arena se escurren, inexorablemente, de vaso. salu2 y buenas fiestas.

    ResponderEliminar
  8. Hola Leo sin prisa, me alegra leerte otra vez, y en este caso con tanta imaginación. Tras las correcciones de las compañeras creo que solo me queda felicitarte y desearte felices fiestas y un prospero año. José María

    ResponderEliminar
  9. Hola Leosinprisas. Me gustó tu historia y ese mensaje estelar que nos dejas. Ese viaje que parece se ha iniciado ya con tiempo y esta es una de sus paradas ¡Qué personajes los tuyos! un humano y un viajero estelar de siete ojos que se lo lleva a ver si abre su conocimiento al mundo. El simio de existencia complicada,jeje, que se complica la vida, que le da vueltas a las cosas como una hélice ll hace a la concha del caracol. Mira que somos así y nada, que nunca nos conformamos. Saber, saber, pues sí, pero es otro conocimiento el que nos da poder para afianzar nuestra pareja de tambaleantes piernas. Muy inspirador tu relato y bravo por ese otro mensaje: un pastelero puede ser un dios, no le rinde cuenta a nadie y te endulza la vida con arte ¡Felices fiestas!

    ResponderEliminar
  10. Hola Leosinprisa.
    Felicitarte por tu imaginación y originalidad a la hora de elegir tus personajes. Me gustó mucho el final. Buen trabajo!
    Este mes no pude participar, asi que no me busques. Felices fiestas y nos leemos!!

    ResponderEliminar
  11. Hola Leosinprisa,

    Me ha gustado tu relato. Se lee muy bien, se identifica bien a los personajes gracias a sus peculiares características y los diálogos se entienden perfectamente, cosa que no es siempre fácil.
    Además el dulce tiene sorpresa, el mensaje que encierra.
    Solo hay una cosilla que me ha sonado extraña, es una menudencia pero me ha chirriado al leerla. En la frase
    "al prestar atención sobre un caracol de algo parecido a chocolate, nata y fresa", ese "prestar atención sobre", creo que sería más correcto "prestar atención en".

    Te felicito

    ResponderEliminar
  12. Hola Leosinprisa,
    Me ha gustado tu relato. Se lee bien, se identifica claramente a los personajes a pesar de la limitación de espacio y los diálogos se entienden perfectamente, cosa no siempre fácil. Además el pastel tiene la sorpresa del mensaje que encierra. Solo una cosa me ha chirriado un poquito al leerla: en la frase "...al prestar atención sobre un caracol de algo parecido a chocolate, nata y fresa", ese "prestar atención sobre", no sería más correcto y por tanto sonaría sonaría mejor "prestar atención en".

    Te felicito.

    ResponderEliminar
  13. ...quiero decir "prestar atención a..."

    ResponderEliminar