Perspectiva (R) - Mario Fernández



Mario Fernández



Para comentar este texto usa una cuenta de Gmail, o el servicio anónimo o Nombre/URL. Si utilizas estas opciones, no olvides indicar tu seudónimo o tu nombre con el que has publicado, para que puedan visitar tu relato.

***

Ninguno de ellos pudo sentir el viento. Aún así, todos admiraron la leve brisa que se coló al abrirse la puerta y revolvió los cabellos del Creador. En realidad, y como encargado de contarles esta historia, debo confesar que aquella brisa no fue nada del otro mundo. Pero puedo entender que para nuestros protagonistas, ese ligero movimiento de cabello hizo que el Creador pareciese aún más glorioso de lo que era.
—¿Lo habéis visto? ¡Ha sido increíble! —Marrón estaba fuera de sí, como cada vez que alguien entraba. A Marrón le fascinaba todo lo que ocurría fuera. Se excitaba y derretía de gozo cuando los rayos de sol llegaban hasta él y calentaban su precioso traje blanco con caracoles negros.
—¿Cuándo vas a madurar? No nos hagas perder más el tiempo con tus tonterías —le reprochó Rosa con hastío.
—Maduraré cuando no sea más que polvo y gusanos. —Marrón se irguió sobre Rosa haciendo alarde de su tamaño, mucho mayor que el de todos los demás. —Al menos yo sé disfrutar de de la vida. Tú deberías hacer lo mismo.
—¿La vida? ¿Qué vida? —Rosa no se amilanó ante la imponente presencia de Marrón. —No somos más que simples productos del Creador, encerrados en este mundo a la espera del final.
—Ya basta, por favor —dijo Rojo. —Estáis poniendo nervioso a Azul.
Era Rojo quien siempre ponía paz entre aquellos dos. Si no fuese por ella, la convivencia sería mucho más complicada. Tras unos segundos de tensión, Marrón abandonó su pose intimidatoria. Rosa resopló molesto. Rojo miró a Azul, que sonreía agradecido. Una vez más había evitado un enfrentamiento que no habría hecho muy feliz al Creador. Rojo alzó la vista y lo observó con admiración. Aquel ser los había imaginado a cada cual diferente, único. Todos tenían sus diferencias y su forma de enfrentarse a la vida. Una vida que para nadie es fácil, y estoy seguro de que ustedes sabrán a lo que me refiero. Ese conjunto de eventos y experiencias que nos moldean, de forma más o menos dulce, provocando infinidad de sensaciones, puntos de vista y opiniones. Y así era como Rojo observaba a sus amigos en aquel momento. Marrón, preparado para disfrutar cada estímulo que se cruzaba en su camino. Rosa quería ser como él, pero temía exponer su verdadera alma al disfrutar de cosas tan banales. Y Azul... Azul era demasiado tímido y asustadizo como para pronunciarse.
Una vez desbaratado el enfrentamiento, los amigos desviaron de nuevo su atención al exterior con interés, expectantes. De pronto, una enorme mano se cernió sobre ellos, oscureciendo su mundo, señalando a Marrón.
—¿Me está eligiendo? ¿A mí? —Marrón volvía a hablar con su tono nervioso y anhelante de siempre.
Nadie contestó. Ni cuando Marrón los observó buscando una confirmación de lo que acababa de ocurrir, ni cuando el Creador lo envolvió en sus fuertes y enguantadas manos. Todos retrocedieron ante aquellas enormes y divinas manos que se cernían sobre su amigo. Sabían que era la última vez que lo verían. Rojo le saludó solemne una última vez. Se acercó a Azul quien, recogido en un rincón, temblaba asustado por la oleada de calor sofocante que siempre se colaba del exterior cuando el Creador entraba en su mundo. Disculpen si no detallo en demasía lo que pasaba por la cabeza de cada uno de nuestros amigos. A veces se necesitan más palabras de las que uno dispone. Pero déjenme, si me lo permiten, resaltar la ternura con la que Rojo abrazaba a Azul, y la profunda tristeza de Rosa al observar cómo Marrón se agitaba y reía como un bebé en las manos de su goloso comprador. Allí, fuera de la vitrina de cristal, donde sólo podemos imaginar lo que nos ocurrirá cuando nuestro tiempo en el mundo se haya consumido.

***

11 comentarios:

  1. Está muy lograda la alegoría. El mundo es una pastelería. Me ha resultado curiosa la forma de atribuir géneros a los colores. Rojo (ella) femenino y Rosa masculino. Y Marrón, tan prepotente y , al final, es un bebé en manos del creador.
    Enhorabuena.

    Verso suelto (22).

    ResponderEliminar
  2. ¡Pero bueno Mario! ¡Qué potentísima imaginación tienes! Me ha gustado mucho.
    ¿Sabes lo que se me vino a la cabeza nada más empezar a leerte? La peli de dibujos animados de Pixar “Del revés”, una paleta de colores emocionales magistrales.
    Pequeñas erratas por ahí, un de repetido, un solo con acento y creo que poco más, la verdad es que ni me he fijado de tanto que disfrutaba con tu historia.
    Del revés también están tus pasteles, dentro de las vitrinas y escaparates, viendo y sintiendo los procesos de la creación, disfrutando de su breve vida con corta fecha de caducidad.
    Todos esas dulces criaturas con sus respectivos colores y emociones únicas, en el fondo una alegoría de la vida real, con esa categórica frase final, en la que solo podemos imaginar lo que ocurrirá cuando nuestro tiempo en el mundo se haya consumido.
    De matrícula de honor, Mario, y además, algo que aprecio mucho, me has emocionado.

    ResponderEliminar
  3. Mario, mi más sentida enhorabuena por tu relato. Menuda imaginación la tuya. La verdad es que siento debilidad por los cuentos surrealistas, pero si están tan bien narrados da igual de qué traten.
    En lo forma he visto algunas cosas que ya te han apuntado pero que no empañan en nada el relato. Felicidades, me encantó, y mucho.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Muy buen despiste Mario. Me había olvidado que esto iba de pasteles y no de formar un belén. salu2

    ResponderEliminar
  5. Hola Mario ,como a los pasteles a todos nos llegara la hora y todos tenemos la duda de lo que será de nosotros después de estar en este mundo. Felices fiestas y prospero año

    ResponderEliminar
  6. Hola Mario, la vida de los pasteles de colores, ya otro compañero presenta este universo de colores, pero con otra alegoría. Buena narración, buena mano. Que el dios sea el pastelero, qué bueno, esto me gustó. Y esa vida efímera al final, es que no somos nadie. Un abrazo y feliz año nuevo.

    ResponderEliminar
  7. Hola Mario, aquí vengo a devolverte la visita.

    Me ha gustado esta colorida alegoría de la vida desde un punto de vista “creacionista”. Bajo mi humilde opinión creo que lo has narrado muy bien. Es una sensación interesante percibir que el “creador” no se corresponde con el narrador. Descubrir que ese mundo pequeño en realidad está dentro de otra más grande, como una muñeca matryoshka.

    Me ha gustado tu relato.

    Saludos, nos leemos.

    ResponderEliminar
  8. Hola Mario, muy buena tu comparación de los pasteles con el devenir de la vida. El mundo nos crea como el pastelero a sus pasteles, y el mundo nos da sorpresas diversas, buenas y malas que forman el conjunto de la existencia. Bien imaginado y narrado. Un saludo. Soy Leosinprisa.

    ResponderEliminar
  9. Hola Mario, gracias por visitar mi cuento.

    En temas formales, no he algún error notorio, y tampoco es que sea un experto en la materia. La historia es genial, pero igual de genial es la forma de narrarlo y oportuna la participación del narrador. A la primera me confundí un poco por los colores, pero en una segunda leída, todo bien, ¡Saludos y felices fiestas!

    Hercho.

    ResponderEliminar
  10. Hola Mario:
    Qué cuento más bonito, bien contado, con la intriga de qué representan. Muy imaginativo que los pasteles tomaran vida en forma de colores, seguramente de aquellos que están hechos. Cómo no he caído en la cuenta de que estábamos en una pastelería. Tara te dice que se había imaginado una peli de Pixar. A mí me ha recordado una de “Men in black”, creo que la segunda, donde el protagonista abre una taquilla y se encuentra una multitud de personajillos adorándole como su Dios.
    En el aspecto formal no me he fijado por lo intrigado que estaba con el desarrollo, lo cual considero que es muy positivo para el escritor. Únicamente he visto un SÓLO palabra que no lleva acento en ningún caso. Cuesta quitarlo porque hasta hace pocos años sí lo llevaba según cuándo.
    Ha sido un placer leer un cuento que calificaría de entrañable. Esto es imaginación. No hace falta más para gustar.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Hola Maario,
    Ojalá encuentres mi comentario. La verdad es que hacía muchos días que no entraba a Café Literautas y no había visto tu comentario. Muchas gracias. Lo valoro especialmente porque considero el tuyo de una verdadera originalidad en la manera de relatar. Nuestros sabios compañeros te habrán señalado lo que se puede mejorar, yo me siento a disfrutar. Muchas gracias otra vez.
    En cuanto a la corrección de Isan sobre el tilde a solo, te diré que muy a pesar de la Academia yo lo sigo usando. Para mí tiene sentido. Siempre recuerdo un viejo chiste que corrió aquí y allá cuando se modificó esa regla: "Fidel Castro habló solo cinco horas". ¿A qué se refiere?, ¿No fue nadie a oírlo?, dada la habitual longitud de sus discursos ¿ cinco horas fueron pocas? Personalmente, me tomo la libertad de usarlo cuando creo que mejora el texto. Y perdón, señores Académicos.
    Un abrazo y Feliz Año Nuevo

    ResponderEliminar