Pepe
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Al final he elegido el verde. La verdad es que no sé por qué lo he hecho. Puede que haya sido por la novedad o a lo mejor por esa luz verdosa y penetrante resbalando por la superficie, pero su imagen ha captado al instante mi atención. Un día leí que el color verde chillón es donde reside la máxima agudeza visual, y es muy posible que el artesano pastelero decidiera darle tal aspecto para que resaltara sobre el resto.
No obstante, me ha parecido algo intrigante, y no me refiero al pastel en sí, sino a mi elección. Es la primera vez que lo he visto, y tampoco soy una persona adicta al cambio, pero la estrategia que ha conseguido que yo lo eligiera me ha convencido. Incluso las expectativas que su visión me han provocado han sido enormes. Sin embargo, después de saborearlo, se me ha quedado la misma cara de tonto que tengo desde que empecé a degustar estos pasteles. El último que me comí también suscitó los mismas falsas perspectivas. Este era un pastel anaranjado que se puso, como un golpe de viento, rápidamente de moda, pero que en seguida se dejó de ver. Algo parecido le pasó al famoso pastel de frambuesa, aunque lo de frambuesa era solo por su color morado, por dentro, y en esencia, tenía el mismo sabor que todos.
Una nube de reproches y aversiones ha vuelto a nublar mi pensamiento. Siempre que caigo en la tentación de un nuevo pastelillo me pasa lo mismo. Aun así, como yo, y cada persona que conozco, nunca dejo visitar este obrador; todos queremos nuestra parte del pastel.
Pese a todo, no siempre fue así. Tardé mucho tiempo en poder optar a mi cachito. Por alguna maniobra propagandística, la gente tiene prohibida la entrada a la fábrica hasta que cumple la edad conocida como «adulta». Antes de ella, somos tratados como si fuéramos un bebé grande sin consciencia. La sensación de impotencia por no poder entrar es tal que, cuando por fin cumplí los años necesarios, entré con tanta ilusión que sentí como si el hecho de poder elegir el pastel que llevarme a la boca comprendiera un acto transcendental del que dependiera el rumbo de mi vida.
En aquel entonces no había tanta variedad ni estilismo. Los pasteles estaban elaborados sin imaginación. Su condición dulce estaba por encima de lo demás. El primero que saboreé fue uno que, sigo entender por qué, aún continúa fabricándose. Era de un color azulón y regusto empalagoso. Empero, la sensación de estar al mando de mis acciones compensó, a piori, aquella primera mala experiencia. Pero, al segundo bocado, toda su esencia me empachó de tal modo que no pude continuar comiendo. Todavía recuerdo cómo sufrí ese bocado varias horas atravesado en mi garganta como si fuera un caracol arrastrándose por una madera reseca y vieja. Por eso, la segunda elección fue la otra clase de pastel que se hacía en aquellos tiempos. Este era de un aspecto trabajado, con una superficie roja como una rosa, pero de igual sabor al primero.
Pasé largos años entre estas falsas gollerías sin saber cuál estaba deglutiendo; degustando sus empalagues sin poder ir más allá de dos bocados por elección. Pero no había otra, era lo único que la fábrica ofrecía, y si irrumpía algo nuevo, la cantidad de los dos primeros lo absorbía.
Llegó un momento en que la gente empezó a cansarse de la poca variedad. La fábrica fue vaciándose y sus cimientos empezaron a resquebrajarse ante la idea del cierre. Entonces, desde lo más profundo de la zona manufacturera, irrumpió una nueva generación de pasteles, que se sumó a los dos pioneros, y revolucionó el negocio de la repostería. Miles de electores, como yo, comenzaron a aglutinarse con la esperanza de saborear el pastel definitivo. Incluso la producción se tornó tan efectiva que cada día irrumpía con un producto nuevo.
Esta mañana ha sido uno verde chillón. Un pastelillo vistoso, novedoso, llamativo, innovador, pero con la misma sensación de empalague y empache de siempre. Y eso, después de tantos bocados, me ha dado mucho qué pensar...
Quizá la nueva estratagema haya potenciado la creencia de que comamos por los ojos; o quizá nos haya hecho creer que lo amargo, en realidad, sepa dulce; pero la mayor proeza que ha conseguido es la de hacernos creer que con nuestra elección podemos cambiar algo. El mismo «Algo» que se me antoja absurdo; después de todo, solo son pasteles...
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ResponderEliminar¡Qué pedazo de historia te has marcado pepe! Te cuento por qué me ha gustado tanto.
Lo primero que se me vino a la cabeza son esas frutas, pongamos manzanas de los hipermercados, tan pulidas, rojas o verdes, iluminadas por focos que parecen decir “cómeme cómeme”, y luego te las comes y no saben a nada. Marketing de empresa. Lo mismo que tus pasteles.
Reivindicativa sin pretensiones populista. Si te llegas a marcar un mitin sobre cómo nos engañan con luces de neón y colores espectaculares para consumir, no habría sido tan efectista como tu cuento no tan cuento, y es que… además de contar sobre situaciones del mercado, haces y escribes li-te-ra-tu-ra.
Tiene algo de la exageración de situaciones, algo surrealistas, Cortázar (uno de mis cuentistas preferidos). El dulzor elevado a su máximo exponente edulcorado, con ironía, con inteligencia narrativa.
Una pasada lo tuyo, Pepe.
Y que me voy corriendo a meterme algo salado en la boca. Adiós.
Buenas, Pepe.
ResponderEliminarUn relato interesante que creo lleva un mensaje de fondo mucho más profundo de lo que en un principio pueda parecer.
Se reitera mucho en que siempre sabe a lo mismo, aunque tenga una apariencia diferente. Y esos nuevos que han salido, pero que al final son igual que los anteriores... Me han hecho acordarme a la política de España...
Un texto muy curioso, sin duda.
Nos leemos. Felices fiestas.
Un saludo.
Salud, Pepe,
ResponderEliminarSí claro, eso que se llama "Marketing" nos engaña diariamente con un "color" diferente para darnos siempre lo mismo o algo peor porque en estas épocas hasta la materia prima es de menos calidad. Y a quién le importa si se lo puede comprar en el momento justo de la moda? Estoy de acuerdo con Tara en cuanto a su reminiscencia de Cortázar. Pensé en su novela Los Premios.
Mis más cálidas delicitaciones y... saladas Fiestas
Hola Pepe.
ResponderEliminarPues menuda sorpresa me he llevado al llegar al final. He de reconocer que en buena parte del relato, del cual he disfrutado la variedad de colores, ingredientes y texturas, pensé (no he sabido leer entre líneas) que el protagonista tenía una tara sensorial y había perdido o tenía dañado el sentido del olfato. Que al fin y al cabo es el que complementa los sabores básicos del gusto para crear en nuestro cerebro las diferentes representaciones químicas de los sabores complejos de los alimentos que degustamos.
Pero no, el final da significado completo y diferente a todo lo leído anteriormente y saca a la luz ese marketing, esa propaganda o “vende motos” que es el pan de cada día en estos tiempos que nos transportan o recorremos. Y del cual es tan difícil escapar.
Me ha gustado, he disfrutado y he aprendido
Saludos, nos leemos y felices fiestas.
Pepe, cuando tenemos prohibido todo, aspiramos a comernos el mundo. Poco a poco nos vamos dando cuenta que es el mundo quien nos devora a nosotros. salu2
ResponderEliminarHola Pepe me alegra volverte a leer y en esta ocasión un relato tan bueno, si hubieras puesto al final del mismo "solo son papeletas" en vez de pasteles. seria un resumen por lo menos para mi. Felices fiestas y un prospero año. José María
ResponderEliminarPepe:
ResponderEliminarBuena descripción de una prolongada situación personal. Es un largo relato de los distintos tipos de pasteles de una fábrica. Detalles de colores y gustos. Desilusión del personaje en primera. No encontré tensión, nudo ni resolución. No siempre es por la propaganda percibida.
Estoy en el Nº 11 por si quieres leerlo y comentar
Felices fiestas
Cordiales saludos
Amadeo
Una perfecta alegoría de la política española. Los dos partidos clásicos, el rojo y el azul. Los nuevos; el naranja, que se ha desinflado como un suflé y el de sabor a frambuesa que no sabe a frambuesa sino a lo mismo que todos. Muy ingenioso.
ResponderEliminarTe felicito.
Pepe, yo también percibí, de entrada, una buena alegoría de la política, muy recursiva: los colores, las propuestas novedosas que, al final, no aportan nada distinto; lo amargo presentado como dulce; el empalago, el hastío, la pérdida de credibilidad…
ResponderEliminarObvio que también les "cae el guante" a los del marketing, para que se lo "chanten".
Un par de observaciones.
En “El primero que saboreé fue uno que, sigo entender por qué, aún continúa fabricándose” parece faltar un sin.
En “o quizá nos haya hecho creer que lo amargo, en realidad, sepa dulce”, me parece, pero no estoy del todo seguro, que no cabe el subjuntivo; me suena mejor “que lo amargo, en realidad, sabe dulce”.
¡Felices fiestas!
Vaya compañero, qué disgusto leer que tanto "pastelito de colores" no ha cubierto ninguna expectariva para el catador dulcero. Mira que me lo he leído una par de veces y cada una mi fantasía me llevaba a diferentes situaciones. Eso me encanta de leer relatos que sea un abanico de posibilidades. Tal vez porque está en la línea de mis creaciones. Podría destacar muchos detalles del texto, pero voy a empezar por observaciones de tipo ortográfico, pequeña minuta. En la frase "nunca dejo visitar", faltaría un de por ahí. "A piori", creo que pretendes decir a priori.Hay frases largas que a lo mejor le daría más ritmo si la cortaras con puntos y a parte. Y ahora te cuento que estaba clara esa alegoría de colores con la elección de partido, no sabía si era como político (ya sabes lo que cambian de chaqueta) o como votante. Al hablar de nuestra parte del pastel, lo veía como político y con esa frase "elegir el pastel para llevarme a la boca es un acto trascendental del que depende el rumbo de mi vida" me despistó. Pero al hablar de mayoría de edad es como votante. Qué pena esa desilusión comenzando a votar, eso desencadena mi reflexión: ¿Qué va a ocurrir con ese votante en el futuro? ¿Qué credibilidad nos dan los políticos a los ya "consagrados" votantes y a los noveles? Las falsas perspectivas, las falsas gollerías. Estas dos últimas palabras serían un título estupendo a tu relato, que si tu no lo usas me lo tomo prestado con tu permiso. En resumen, lo he disfrutado mucho compañero. Y es que los colores nos lo meten por los ojos, toda una psicología y manipulación de marketing en la vida en general. Nos servimos todo engañados por la vista y luego el gusto pasa a segundo plano, creyendo que es la panacea y caemos una y otra vez. Ya, que me enrrollo y no paro. Un abrazo y Feliz noche, feliz entrada de año.
ResponderEliminarHola Pepe, he disfrutado de tus descripciones tanto que me he visto tentado a buscar uno de esos pasteles que comentas y saborearlo con alegría, goloso que es uno. En cuanto al carácter formal de tu escrito, estoy de acuerdo con los compañeros que existen frases muy largas que podrían acortarse sin perder por ello su significado. Prueba en tu próximo escrito a decir más con menos, es cuestión de experimentar, con el tiempo te resultará más fácil lograrlo. Un saludo y felices fiestas.
ResponderEliminarHola Pepe!
ResponderEliminarComo siempre, es un gusto leerte. Me gusta que siempre aportas frescura y originalidad.
Esta vez me supe ver muy identificada con tu personaje, me pasa siempre. Le pongo mucha expectativa a la comida (Pero la salada) y casi siempre me como el chasco. No, no comemos con los ojos!
Mis sinceras felicitaciones!!
Este mes no pude participar, asi que no me busques. Felices fiestas y nos leemos!!
Hola a tod@s!!!
ResponderEliminarEstoy muy agradecido que hayan pasado por mi relato, lo hayan leído e incluso mejorado con sus apuntes. Como han podido adivinar, yo soy más de salado que de dulce.
Isabel, unas palabras tan bonitas y, además, dichas por ti cobran una dimensión muy especial. Muchas gracias por tu visita, aunque haya que salvar mucho mucho mucho...//... mucho las distancias, que te comparen con Cortazar es muy gratificante. Un saludo, acaba de pasar bien las fiestas y nos leemos!
Hola, Irene, muchas gracias por tu visita, y sí, la política española es pura propaganda, siempre virará hacia la dirección que mejor sople, aunque esta sea no hacer nada públicamente, pero... mejor, no hablemos de esto, ¿no? Je, je. Lo dicho, que acabes de pasar buenas fiestas y hasta la próxima.
Juana, me alegra mucho verte por aquí, nuestros relatos tienen algo parecido, ¿no? Por cierto, me encantó "Los premios". Buenas fiestas y hasta pronto.
Apuntador, pues me has dado una idea para otro relato... Es impresionante como la imaginación de cada uno transforma los pequeños detalles en cosas totalmente distintas e ingeniosas. Un saludo y te espero el próximp reto.
Amilcar, no puedo estar más de acuerdo; esperemos que nuestro agrabio le provoque una indigestión a este mundo. Nos leemos!!!
Josetuba, me parece un resumen qur cuadra muy bien con el texto, muy amable por tus palabras, deseo que pases buenas fiestas. Un abrazo.
Amadeo, gracias por tus apreciaciones, las visiones ajenas me dan una idea de lo que he escrito. Que continues con unas buenas fiestas. Un saludo y nos leemos!!!
Verso suelto, te dejaste el verde, je, je, me alegra mucho que te gustara, por lo menos nos reimos del asunto. Hasta el próximo reto y felices fiestas.
Hola, Carlos, me alegra que te gustara, y mil gracias por las correcciones, son pocas palabras 750, pero nunca consigo hacer un relato limpio, je, je. Un abrazo y felices fiestas.
Emerencia, primero agradecerte las observaciones y correcciones, parece increible que me deje tantas cosas en tan pocas palabras, y segundo me ha sorprendido la cantidad de preguntas y premisas que te han salido. Me alegra que te haya venido el gusanillo de las pequeñas pistas o alegorías que me iban viniendo cuando lo escribí. Muy amable por tus palabras y agradecido por tu visita. Un abrazo y nos leemos pronto, seguro. (Por cierto, el título que propones le da mil patadas al que yo he puesto.)
Escobasindueño, mil gracias por tus observaciones, este tipo de comentarios me da una idea de lo que en realidsd he escrito. La verdad es que soy fan de las frases largas, pero creo que tengo que quitarme ese vicio. Muy amable y muchas gracias por pasar. Por cierto, no té encontré en el reto...
Carla, tu visita siempre es muy gratificante. Me alegra que te gustara y que tengas esa concepción de mis letras, viniendo de ti y de tu habilidad para escribir, me hace muy feliz. Espero que pases buenas fiestas, y el mes siguiente espero tu relato, sin falta je, je, (aunque con todo el trabajo que estás haciendo en esta web no sé de dónde sacarás el tiempo.) Un abrazo.
Bueno amigos, nos leemos en el próximo reto.
Un saludo y feliz año nuevo!!!
Querido amigo y colega Pepe, ya por fin he terminado de analizar tu texto, que ya te comenté también en tu blog hace tiempo, aunque ahora para este trabajo de Café LIterautas me he permitido la libertad de observarlo con mucho más rigor:
ResponderEliminar1.- En "Aun así, como yo, y cada persona que conozco, nunca dejo visitar este obrador; todos queremos nuestra parte del pastel. (utilizar el pronombre personal en este caso no lo encuentro tan correcto como sustituirlo por la preposición "a" + el adjetivo posesivo "mi", pero con con acento al introducirlo la preposición "a", es decir "a mí".
--->"Aun así, como a mí, y a cada persona que conozco, nunca dejamos de visitar este obrador; todos queremos nuestra parte del pastel."
2.- En "entré con tanta ilusión que sentí como si el hecho de poder elegir el pastel que llevarme a la boca comprendiera un acto transcendental del que dependiera el rumbo de mi vida." (el significado del verbo comprender no encaja con la idea general que intenta transmitirnos esta frase, de ahí que lo sustituya por la misma forma verbal pero de otro verbo más acorde, es decir, el verbo significar).
"entré con tanta ilusión que sentí como si el hecho de poder elegir el pastel que llevarme a la boca significara un acto transcendental del que dependiera el rumbo de mi vida.
3.-En " El primero que saboreé fue uno que, sigo entender por qué" (le falta "sin" antes de "entender")
" El primero que saboreé fue uno que, sigo sin entender por qué"
3.- En "Miles de electores, como yo, comenzaron a aglutinarse con la esperanza de saborear el pastel definitivo." (cambiaría "electores" por otro vocablo que se adapte mejor a la idea de la frase, como por ejemplo: "consumidores" o "clientes")
"Miles de consumidores..." o "Miles de clientes..."
4.- en algunos párrafos me he dado cuenta que existen varias reiteraciones de palabras, pero para no alargar mi comentario, prefiero dejarlo así. Intenta de todas formas evitarlo porque es algo que resta calidad a cualquier texto.
Coincido con Isabel y Juana Medina respecto a la reminiscencia de Cortázar, como la exageración de situaciones y su estilo surrealista, simbolizado por el empalago del dulce o de lo que se come por los ojos. "Herramientas" muy útiles para enriquecer el mensaje de fondo.
No insistiré en la comparación de esta "oferta" pastelera con la otra oferta del panorama político, creo que no solo de España sino del resto del mundo, pues es otra metáfora que nos transmite tu historia aplicada a también a otras facetas de la vida, como la falsa apariencia de las cosas.
¡Feliz y Próspero 2020!
Un fuerte abrazo.
Mucha gracias, Estrella, por pasarte, volver a leer el relato (ya que ya lo hiciste en el blog) y tomarte la molestia de sacar nuevas correcciones. Mil gracias. Me parecen muy acertadas y me dan una idea clara de hacia dónde debe ir el relato. Feliz año nuevo, un abrazo y nos leemos!!!
EliminarHola, Pepe
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita.
Me ha encantado tu relato. Has conseguido transmitir de forma fluida y elegante la idea que te habías propuesto. He de añadir además que representa bastante bien mi posición ante el asunto.
También soy partidario de las frases cortas, pero debo reconocer que ni me di cuenta mientras leía.
Gracias por compartir tu trabajo.
Saludos,
Mario
Gracias, Mario, por pasar y comentar. Me alegra mucho que te gustara. La verdad que este asunto da para muchos relatos, xD. Un abrazo y nos leemos!!!
Eliminar(feliz año)