LA EUFORIA (R) - Lucho



Lucho


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LA EUFORIA
Habíamos decidido participar en el reto, a pesar de que la fecha estaba próxima a vencerse. Los días pasaron tan rápido, que apenas logramos esbozar la idea sobre un papel. Con una mezcla de harina, huevos, ralladura de cáscara de naranja, frutas cristalizadas y coñac haríamos una torta de tres pisos. El adorno, sería un caracol, con parte de su cuerpo por fuera del cascarón y unos grandes tentáculos. La idea obligó a construir una armazón con pitillos, para evitar que se hundiera con el movimiento del vehículo en que sería transportado hasta el lugar de la competencia. El viento era otro elemento a tener en cuenta, porque donde se llevaría a cabo la premiación era un recinto abierto.
Con el diseño listo, el equipo se puso a trabajar. José y Herminia, dos de los empleados de la pastelería, se encargaron de construir el caracol. Para ello utilizarían alambre recubierto de mazapán. Mi esposa, Maité, y yo, acometimos la elaboración de las tortas. El primer piso tendría una vegetación de trópico ―palmeras, san joaquines y crotos―, el segundo sería color arena y el tercero azul de mar
Todo era un corre, corre, los afanes y el nerviosismo nos tenían agarrados. El olor que salía del horno nos hacía sentir satisfechos. Comenzamos la decoración, me encargué del primer piso, el más complicado. Llené las mangas con la mezcla preparada por Maité y comencé a dibujar las figuras que habíamos estampado en el plano. Me encanta hacer este trabajo, me lo repetía a cada momento, mientras veía a mi esposa trajinar con las otras dos tortas, en tanto silbaba una canción de cuna. Esperábamos familia. Sería nuestro segundo hijo, el primero, “brinconeaba” alrededor nuestro, y teníamos que proteger el trabajo, no fuera y echara todo a perder. Por fortuna, muy temprano, cayó fundido en un sueño profundo.
José y Herminia batallaban con los alambres y el mazapán. Eran unos artistas, en esto de armar figuras. Desde mi sitio lograba ver cómo iba apareciendo la forma del molusco, de esas manos expertas, y el regocijo se plantó en mi rostro. El corazón me latía a cien, por la emoción de lo que estábamos construyendo, me sentía ganador, y por la presión el tiempo. Los segundos taladraban mi cerebro, eran las seis de la mañana y aún no habíamos podido armar el bizcocho. Al caracol le faltaba bastante para ser cubierto con el mazapán, sobre todo los tentáculos, que habíamos decidido exagerar, para darle un aire de comicidad. Teníamos que terminar antes de las ocho, para lograr cumplir con las reglas del concurso. Estábamos a una hora de camino, un poco más, si el tráfico se ponía pesado. Habría que salir, al menos, con dos horas de anticipación y llegar antes de las diez de la mañana. No nos queríamos dejar presionar del tiempo, pero era necesario ser puntuales, lo dictaba el reglamento de la competencia. A las siete de la mañana, comenzamos a montar los pisos, el temblor en las manos, producto de los nervios, nos podrían jugar un sinsabor, había que dominarlos.
Cada uno encajó muy bien, pero al momento de poner la armazón del caracol sobre la parte superior del bizcocho, todo fue expectativa. En el diseño, no calculamos el peso de ese adorno y la duda se apoderó del grupo. Con cuidado lo fuimos posando sobre la cubierta del mar; de pronto lo vi desplazándose entre esas aguas azules, las olas jugaban con su cuerpo, era un ir y venir, pero avanzaba. Recapacité y concentré mi mente en lo que estaba haciendo. No era el momento para divagar en ficciones. Lo descargamos muy lento, no fuera y un descuido, echara el trabajo de una noche por el suelo. El reloj cucú, instalado en la sala de la casa, nos envió un mensaje: siete y media. Se notó la tensión entre el grupo, y utilice una frase muy manida, que en otros tiempos se usaba cuando había apremio: “vístanme despacio, porque estoy de afán”. Por fin descargamos el caracol, esperamos un momento y luego, los aplausos rompieron el clima de tensión.
Llegó la hora de llevarlo al vehículo y lo hicimos entre la euforia del que se siente ganador y la tensión de no ir a estropearlo. Todas las miradas estaban puestas en nuestra obra y nadie se percató del caminador de nuestro bebé atravesado en el camino. Tuvimos que aplazar la participación para el año siguiente.

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14 comentarios:

  1. Hola Lucho. Al ver tu relato los párrafos me parecen muy largos y da un poco de grima empezar a leer. quizá haciéndolos mas sueltos, mas separados se entraría mejor en la lectura. Eso creo eh.El último párrafo me parece precipitado. No encuentro verosímil el que se tenga que dejar un concurso para otra vez, porque el caminador obstruía el paso.
    Bueno no deja de ser una opinión. Un cordial saludo, buenas fiestas y mejor año

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    1. Gracias Chaval por tus comentarios, trataré de hacer más ágil el escrito y voy a mirar lo del caminador, para lograr el efecto que persigo. Saludos y felices fiestas

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  2. Hola Lucho, eres el compañero que me sigue y hasta hoy no había podido dejarte comentario porque no enlazaba bien a tu relato.Qué entrañable historia. La he leído rápida, he sentido ese trajínar para montar el caparazón, el mazapán lo he visto deshacerse, caer al suelo. La emoción y la ilusión por el concurso de todos ellos, ah y ese final, no se porqué se me iba adelantando, era toda una odisea el invento. Y si hubiera salido un triunfo. Pero me quedo con la historia. Me gustó. Aquí es eso de "Visteme despacio que tengo prisa". Un abrazo

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    1. Hola Emerencia. Agradezco tus comentarios, lo inducen a uno a seguir trabajando en esto de escribir, lo que exige mucho, porque cuando uno mira la meta, la ve muy lejos en el horizonte y cada que termino un escrito, ella está más lejos. Si mis escritos por lo general tienen finales tristes o de derrota, no he podido cambiar ese tono, trataré de escribir uno con final feliz. Te deseo una navidad muy alegre y compartida con los seres que quieres.

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  3. Buenas, Lucho.

    Me has hecho vivir la tensión de los personajes en ese trabajo contrarreloj. Creo que eso lo has sabido llevar muy bien.
    Ha habido unas cuantas palabras que me han sacado un poco de la lectura, ya que no estoy acostumbrada a ellas, como competencia o premiación. En un principio no tengo problema, pues lo entiendo por el contexto, sin embargo, al final el caminador del último párrafo me descoloca del todo. Imagino que es el niño de la pareja protagonista, que se va al camino y acaba en tragedia, por eso tienen que aplazar el concurso, pero, la verdad es que no me queda del todo claro.

    Nos leemos. Felices fiestas.

    Un saludo.

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    1. Hola Irene, gracias por tus comentarios. Lo de las palabras que no calzan con el escrito, lo tendré en cuenta y respecto del caminador, lo dejé abierto para lograr en el lector su análisis e interpretación, pero voy a mirarlo porque varios compañeros han comentado este asunto,y veo que hay varias interpretaciones, efecto que deseaba lograr. Te deseo una feliz navidad en compañía de los seres que amas.

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  4. Queda claro que el andador del bebe acabaría con la tarta echa pedazos, lo que no esta tan claro si el andador con el bebe o la cosa sola. Tampoco veo muy claro las dos únicas rayas de dialogo en el relato que es monologo, para señalar lo que llevaba la parte de la vegetación del trópico creo que mejor estaría con dos puntos. "El primer piso tendría la vegetación del trópico: Palmeras, San joaquinos y costro." solo desearte felices fiestas y un prospero año al igual que todos .José María

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    1. Hola Josetuva67, gracias por tus comentarios y tendré en cuenta la observación del caminador y de las rayas. Que disfrutes esta navidad en compañía de los eres que amas y que sigamos escribiendo mucho en 2020

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  5. Lucho, si hay que ir se vá pero ir pa ná, es tontería. Tanto trabajo … Pero no pasa ná, se come uno los cuernos del caracol y en paz. salu2 y dulces navidades

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    1. Hola Amilcar Barca, padre de Anibal con quien libró varias batallas Africanus (Escipión). Me gusta tu comentario entre lineas y en broma. Espero que disfrutes estas fechas en compañía de los eres que amas y que 2020 venga cargado de escritos

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  6. Buenos días Lucho,
    A nivel formal tengo dos dudas la primera es respecto al pensamiento que creo que debería ir entrecomillado "Me encanta hacer este trabajo" y debería decir "no fuera que un descuido" en lugar de "no fuera y un descuido"?
    Por lo demás me ha gustado el relato me ha entretenido y mantenido en tensión durante todo el relato para saber si llegaba a tiempo, me ha resultado muy verosimil. El final sorpresivo está muy bien, pero quizá demasiado abrupto a mi parecer, por un momento llegué a pensar en la muerte del niño... Enhorabuena por el relato!

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    1. Hola Recreo,gracias por tus observaciones, las tendré en cuenta en la corrección que haré del escrito y su ampliación para presentarlo en el taller de BPP de Medellín, donde participo. Espero que pases una navidad muy alegre con los tuyos y que 2020 nos traiga muchos escritos

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  7. Hola Lucho.
    Me ha encantado tu relato. Sabes mantener la tensión desde el principio, se lee sin sentir y todo es muy gráfico.
    Coincido con los compañeros respecto a algunas expresiones, pero todas quedan claras por el contexto, excepto, quizá, la última, la del caminador.

    Te felicito.

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  8. Hola Verso Suelto, gracias por tu comentario, miraré lo del caminador, lo dejé así, sin determinar el evento para devaneo de sus interpretaciones. Que disfrutes estas fechas y que 2020 nos traiga un sinnúmero de escritos

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