EL PASTEL DE LOS NOVIOS (R) - Lectora70



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—¡Buenos días a todos! ¡Reunión en diez minutos! —grité nada más cruzar la puerta.
Me fui a la sala de juntas y allí esperé a todos los reposteros.
—En primer lugar, quiero comentaros que tenemos un pedido muy importante. Nos han encargado una tarta para una fiesta de compromiso de una pareja bastante conocida en el mundo de la prensa del corazón. Si les gusta nuestro trabajo es muy posible que podamos hacer otra para la boda. Aquí tengo los bocetos del pastel que quieren —dije extendiendo varias hojas sobre la mesa.
—¡Madre mía! ¡cómo están los papeles! ¿Qué les ha pasado? —soltó Alicia muerta de risa.
—Se me cayeron al salir de la casa de los novios. Los llevaba en la mano y una racha de viento se los llevó hasta un charco de barro húmedo y así han quedado —sonreí avergonzado—. Como veis, quieren recrear el interior del restaurante de París donde se conocieron y además tenemos que hacer las figuras de ellos. Estas son las fotos que me han facilitado.
—¿Cuánto tiempo tenemos y para cuánta gente será? —quiso saber Fran.
—Cinco días, incluido hoy lunes, y cuarenta invitados —contesté levantando los hombros—. Y antes de que empecéis a protestar…ya sé que vamos muy justos, pero lo haremos —afirmé con rotundidad mirándoles uno a uno—. Por tanto, Fran y Alicia os pondréis con todas las figuras. David, tú vas a hacer los bizcochos, los rellenos, la ganache para cubrirla y el fondant. El resto quiero que sigáis con la producción de pastas, bombones y roscones, ¿de acuerdo? ¡Pues venga! ¡Todo el mundo a trabajar!
Acababa de llegar a mi despacho cuando David entró como una tromba.
—¡No hay harina en el almacén! —exclamó sorprendido.
—¿Qué? Eso no es posible. Tenía que haber venido ayer.
—Pues no ha llegado y la necesito ya…
—Vale, vale…tranquilízate —le respondí sin ocultar mi disgusto— Voy a ver qué ha pasado y te digo algo.
Después de varias llamadas y algunos gritos conseguí la promesa de un reparto a última hora de esa tarde. «Pues sí que empezamos bien», pensé contrariado.




Al día siguiente cuando la fábrica estaba a pleno rendimiento, de pronto, se oyó un fuerte ruido. Salí de la oficina y corrí entre las mesas de trabajo.
—¿Qué ha pasado? —exclamé mientras veía en el suelo trozos de bizcocho.
—¡Lo siento, lo siento! Me he tropezado y he chocado con David que traía la bandeja del horno—musitó Alicia con voz temblorosa.
—¡Por Dios! ¡Más cuidado! —pedí irritado—. Vale, no pasa nada. Recoged todo esto y repetid los bizcochos y, por favor, daos prisa— ordené bastante molesto.
El miércoles llegué muy temprano a la fábrica y no pude encender las luces. Me dirigí al cuadro de eléctrico, pero no había ningún interruptor desconectado. «Esto no me puede estar pasando», maldije abatido. Pero así fue. Averigüe más tarde, que un incendio en una subestación eléctrica nos había dejado sin luz a nosotros y a otros muchos negocios y viviendas de la zona. Aun así, no perdí la esperanza de terminar el encargo para el viernes.
A las cuatro de la tarde, por fin volvió la electricidad y retomamos las tareas bajo una presión angustiosa.
El jueves, a tan solo veinticuatro horas para la entrega, me sentía muy animado. Estaba convencido de que llegaríamos a tiempo. Los bizcochos estaban rellenos y forrados y casi todas las figuras estaban moldeadas. Quedaban los retoques finales.
—¡Hola! —dijo María abriendo un poco la puerta del despacho y asomando la cabeza.
—¡Cariño! ¿qué haces aquí? —respondí sorprendido.
—Vaya, veo que no te alegras mucho de verme —entró con el bebé en brazos y me besó—. Hemos venido los tres a ver el pastel antes de que os lo llevéis.
—¿Los tres? ¿Has traído también a Jaime? ¿Dónde está?
—Lo he dejado en el obrador pa…
—¡Ay, madre! —le corté sin dejar que terminara la frase y salí como una exhalación apartándola con brusquedad.
—¡Mira papi he puesto mi caracol aquí y él solito se ha subido a la tarta!
—¡No, no, no! ¿Pero qué has hecho? ¡Es el encargo de mañana! —chillé encolerizado mientras sonaba mi móvil.
—¡Estas asustando al niño! —dijo María que llegó detrás de mí—. ¿No vas a contestar al teléfono?
—Claro, claro. ¿Dígame? …Sí…Por supuesto…Ya veo…Gracias por avisar…Adiós— Colgué sintiéndome abatido y aliviado.
—¡A ver! ¡Un poco de atención! Acaban de llamarme para decirme que han cancelado la fiesta de compromiso y, por tanto, el pastel.
***

9 comentarios:

  1. Hola Lectora70, por vecindad y proximidad vengo a comentar tu relato.

    Me ha gustado mucho tu relato. Creo que tiene un buen equilibrio entre parte dialogada y narrada.
    Transmites muy bien la agitación y premura en el obrador ante el paso de las fechas sin haber finalizado el encargo.

    A su vez, los diferentes inconvenientes que van surgiendo van subiendo las apuestas y la tensión de forma acertada hasta la puesta en escena final del caracol.

    Y el desenlace aunque factible, tal como habías desarrollado el relato hasta aquí, al menos para mí, sorprende. Lo cual veo un logro.

    Reitero que he disfrutado con su lectura, me ha gustado y he aprendido, además me ha resultado muy entretenida su lectura.

    Saludos.

    Nos leemos.

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  2. Hola lectora70, sí que nos ha hecho sufrir y sudar! Todos trabajando contigo de pasteleros y a contra reloj. Muy bueno, de veras. Todos los inconvenientes que van apareciendo así como la superación de los mismos, me han parecido totalmente plausibles, cotidianos y como dice el Apuntador van subiendo la tensión. Y ese final que por una parte corona la suma de inconvenientes y de pérdida de ganancias y por otro es el alivio absoluto para una situación que parecía ir al desastre.
    Me ha encantado.
    Felicies Fiestas

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  3. Lectora70, no acabo de entender el funcionamiento. Es el cuarto intento que realizo. Hasta se me ha olvidado la penitencia que te había impuesto por hacernos sufrir tanto. salu2 y te quedas sin postre.

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  4. Hola Lectora70, soy Vespasiano:
    Durante varios días he tenido problemas con la conexión a Internet, por eso no he podido, hasta ahora, leer tu relato que debo comentar, si o si, dada la proximidad de la publicación de nuestras historias.
    La frenética actividad dentro del obrador, me ha mantenido en vilo y me ha hecho pensar en la abultada indemnización que le pediría el pastelero, por daños y perjuicios, a esos novios informales y poco maduros.
    Tu historia me ha gustado. La he encontrado entretenida y con situaciones de estrés que se producen con frecuencia en talleres de producción cuando es necesarios cumplir con una fecha de entrega programada a un cliente.
    Te deseo Feliz Navidad y estupendo Año Nuevo.

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  5. Hola lectora 70 ,menos mal que el compromiso se cancelo si no cualquiera sabe como hubiera acabado la fiesta....¡Que sufrimiento! Felices fiestas y un prospero año. José María

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  6. Bueno, bueno compañera Lectora. Cómo he disfrutado con tu relato. Qué dominio del diálogo y como has ido aumentando la tensión. Yo he salido llena de azúcar, harina, crema ¡hasta en los pelos llevo y eso que voy con gorro! Ha sido genial la aventura y el final, ¡ese caracol por la tarta! Solo algo que me ha rechinado en la frase del protagonista "esto no me puede estar pasando" maldije. No se que andaba por tu cabeza ¿el karma o la maldición que ha recibido el pobre? que ha salido el verbo. No se bien por que puedes cambiarlo está claro que es algo de que no puede dar crédito a lo que está pasando. Puede ayudar el verbo rezongar "rezongué" se me ocurre.Me hubiera gustado leer algo más tuyo pero veo que no tienes blog, bueno, en otro encuentro de retos. Un abrazo y feliz año nuevo

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  7. Discúlpame compañera pero prefiero comentarte con la atención debida y cuando disponga de suficiente tiempo libre.
    Saludos y ¡Felices Fiestas!

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  8. Hola Lectora70, regreso ya con tiempo suficiente como para desglosarte mis observaciones:

    1.- En estas dos frases no has tenido en cuenta que la raya precede a la intervención de cada uno de los interlocutores y a los incisos del narrador.

    —¡Lo siento, lo siento! Me he tropezado y he chocado con David que traía la bandeja del horno—musitó Alicia con voz temblorosa.
    —¡Por Dios! ¡Más cuidado! —pedí irritado—. Vale, no pasa nada. Recoged todo esto y repetid los bizcochos y, por favor, daos prisa— ordené bastante molesto.

    Deberían escribirse:

    —¡Lo siento, lo siento! Me he tropezado y he chocado con David que traía la bandeja del horno —musitó Alicia con voz temblorosa.
    —¡Por Dios! ¡Más cuidado! —pedí irritado—. Vale, no pasa nada. Recoged todo esto y repetid los bizcochos y, por favor, daos prisa —ordené bastante molesto.

    2.- Los puntos suspensivos se escriben siempre pegados a la palabra o el signo que los precede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; pero si lo que sigue a los puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
    Por lo que estas tres frases son incorrectas:
    "—Cinco días, incluido hoy lunes, y cuarenta invitados —contesté levantando los hombros—. Y antes de que empecéis a protestar…ya sé que vamos muy justos,"
    "—Vale, vale…tranquilízate —le respondí sin ocultar mi disgusto— Voy a ver qué ha pasado y te digo algo."
    "—Claro, claro. ¿Dígame? …Sí…Por supuesto…Ya veo…Gracias por avisar…Adiós— Colgué sintiéndome abatido y aliviado.
    Deberían escribirse:

    "—Cinco días, incluido hoy lunes, y cuarenta invitados —contesté levantando los hombros—. Y antes de que empecéis a protestar… ya sé que vamos muy justos,"
    "—Vale, vale… tranquilízate —le respondí sin ocultar mi disgusto— Voy a ver qué ha pasado y te digo algo."
    "—Claro, claro. ¿Dígame?… Sí… Por supuesto… Ya veo… Gracias por avisar… Adiós —Colgué sintiéndome abatido y aliviado."

    3.- No encuentro adecuado el vocablo "maldije" en esta frase: "esto no me puede estar pasando" maldije.

    En general me ha resultado interesante esta modalidad dialogada de tu relato, casi en su totalidad y equilibrándola con esa mínima parte narrativa.
    También me gusta como has sabido encauzar los tiempos y lograr que la acción comience normal y vaya transformándose en trepidante.
    La historia resulta creíble y con un final feliz, que nos libera del ritmo trepidante que llega a un clímax final muy agradable.

    Te felicito por tu trabajo compañera y te deseo lo mejor para estas fiestas. ¡Feliz Año Nuevo 2020!
    Saludos.

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  9. Hola Lectora70. Lo he pasado muy bien leyendo los problemas de tu pastelero, tras solucionar un tema aparece otro peor, pobre hombre! Bueno, al menos imagino que habrá repartido trozos de pastel entre sus vecinos.
    He disfrutado del estilo ágil de tu relato, nos has llevado a los saltos desde los papeles llenos de barro hasta el caracol paseando por el fondant...
    Ha sido bueno leerte y espero seguir haciéndolo.
    Ten un Fin de Año Feliz y un buen 2020!

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