Contemplando un pesebre- MT Andrade



MT Andrade
https://un-nuevo-peregrino.blogspot.com/

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Llegué algo tarde. Bulliciosos, todos pululaban por el patio caluroso. Crepitaban los leños entre las llamas y la carne goteaba su grasa sobre rojizas brasas, despidiendo pequeñas columnas de humo con aroma a hecho. El whisky iba y venía.
Entré en la casa. Solo, apenas alumbrado se encontraba un pesebre que alguien había armado días atrás. En el piso me senté con las piernas cruzadas y traté de penetrar en ese silencio llamativo. Allí estaban todos los pesebres: el que de niño vi armar a mi madre, el de mi hermana menor, la que hoy no está, el de mi esposa. Está también el microrelato que escribiré para una niña, pensando en una hermosísima construcción confeccionada con rama de olivo.
El hogar de una férrea estufa a leña era su alojamiento. Aprecié dos niveles. Lo enmarcaban, por la parte inferior, un blanco mantel con diseños navideños, a mi derecha un árbol muy rojo y encima hojas plateadas, flores y bolas rojas. Muy llamativo, muy mundano. Si el constructor se hubiera animado quizá pudo haber agregado una que otra arrugada bolsa de nylon, o trozos de plástico para hacerlo más actual…
En la parte frontal derecha, delante del árbol y de la fachada de festejo instalaron, horizontal, un espejo, un lago. Un remanso para soportar el exceso. Una fuente de agua viva.
Hacia el interior, sobre viejos almohadones de diseños diferentes, se simbolizaba la tradicional imagen. A la izquierda, simulando el campo de los pastores, se representaba una efigie secundaria, casi inadvertida.
En Belén hoy, existen dos lugares figurativos, que distan alrededor de dos quilómetros y medio. Uno es el campo de los pastores, el otro, el del nacimiento, ahí donde se encuentra la iglesia de la Natividad. Esa construcción cuyo acceso mide poco más de un metro de alto. Es necesario agacharse para poderla trasponer.

Adelante y hacia el centro, aun sobre el mantel los tres reyes magos no han salido del ruido del mundo y deben recorrer aún un largo trecho. Les queda cruzar un puente que les allanará el camino. Siguen la estrella que es muy clara para quien la ha hallado y no tanto para quien peregrina. Por un instante me acerco a ellos, como yo están desorientados. Se encuentran en al palacio de Herodes. Me paro sobre la exquisita decoración de sus mosaicos. Hablan entre ellos. No se necesita conocer sus lenguas. Llevan los regalos ¿Están siguiendo el camino correcto?
Los dejo atrás, cruzo el profundo valle y me acerco a los humildes trabajadores. Uno tiene una oveja a su lado. Se escuchan las notas de una flauta dulce. Comen pan con queso y beben vino. No hablan, escuchan. Un ángel de vestimenta roja, lento, se acerca trayendo el anuncio a esos pequeños, que, llamados, escucharán con atención y algarabía.
Camino por el desierto gris con escasas y frescas islas verdes de arbustos. Busco una gruta entre tantas grutas, un cobertizo entre tantos cobertizos. Busco a quien no han querido alojar, ni querrán nunca, ni siquiera hoy. Será el rey que no tendrá donde reposar su cabeza. Uno en una sagrada familia de tres.
Es un bebé común, igual a cualquier otro, más humilde y más grande. Recordará a su madre guardar recuerdos en su corazón y contar una y otra vez las mismas anécdotas.
Desde el principio de los tiempos llegó a disfrutar de la arena y del viento. A dejar escapar entre sus dedos la arena blanca y a retener caparazones de caracol.
Del centro emana una luz potente y tenue que alumbrará por siempre a quienes quieran verla.
A su lado se encuentra José, hombre fuerte y recio, bastón en mano, que es apoyo y que es también arma. Es el encargado de guiar y proteger el niño, de conducirlo por caminos misteriosos, no siempre seguros.
No falta el borrico, en el que María, embarazada, llegó cabalgando. Sobre su lomo ha recorrido los ciento treinta quilómetros que la separan de su pueblo, Nazareth. Y estarían todas las cosas que el autor hubiera querido incluir.

Afuera aumenta el estruendo. Dejo el pesebre y la casa. Salgo hacia la comida, los cohetes, las luces, el champagne… Hacia los saludos y los festejos, que no están mal. Adentro el niño continúa jugado con arena.
—¡Oye! ¿Dónde has estado? ¿Has olvidado que estamos festejando? Deja tus problemas para otro día. Toma una copa. ¡Brindemos! Esta noche es nochebuena y mañana es navidad. —Es como si dijeran al unísono.
¡Feliz Navidad! —Respondo.
***

11 comentarios:

  1. Descripción de un Belén. Como yo no celebro navidades, en parte porque como dice Sheldon Cooper,son en realidad la fiesta de Saturnalia, pues en ese Belén que describes hay pastores al aire libre, cuando en la Palestina de aquella época los rebaños estaban a resguardo por el clima frío, la lluvia... La Historia y el relato bíblico no dan fecha exacta del nacimiento de Jesús de Nazareth, pero apuntas más hacia octubre que diciembre. Aunque no se sabe. Datos históricos a parte, el relato está bien estructurado, vas describiendo por partes ese pesebre para que podamos ver cada uno, como los mosaicos del palacio. He observado que escribes Km con Q, lo que es correcto. Pero como la abreviatura es Km suele ser más común la K. Pero puesto que ambas son correctas es más una cuestión de preferencias que otra cosa.

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    1. Hola unknown
      Gracias por los comentarios. La abreviatura de quilómetro o kilómetro es km, con "k" minúscula, que significa mil en los símbolos de unidades. El pesebre de Navidad es simbólico. Parece que la primera celebración la realizó San Francisco de Asís recién en el siglo trece y fue un pesebre viviente. En Belén abundan las cuevas y es muy probable que en una de ellas naciera Jesús, tal cual se lo venera en el lugar. Cuando estuve, en el mes noviembre no hacía frío y no llovió, pero como al clima se le da por cambiar, dependerá del año.
      Saludos

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  2. Hola MT Andrade:
    Me ha parecido una forma muy original de describir una escena navideña. Los detalles del pesebre, nacimiento o Belén, que de esas formas se denomina, han ido pasando y celebrando el acontecimiento. Creo que están todos. Me ha gustado cómo se ha evocado el pasado y los ausentes. Muy entrañable.
    Saludos.

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  3. Hola MT Andrade:
    Una evocación emocional muy sentida, con mucho de verdad en tu expresión. Me ha conmovido. Se palpa lo que quieres trasmitirle a esa niña que espera tu cuento, lo que te significa la Navidad.
    Un abrazo

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  4. Hola Juana
    Muchas gracias por tus comentarios. Como bien dices, la forma de vivir la Navidad es algo muy personal y muy válido, incluso de no vivirla. Saludos

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  5. Hola, Marcos Tabaré.
    Te agradezco la visita y el comentario a mi texto. El tuyo me ha gustado, sobre todo los momentos en que el narrador parece introducirse en el mismo belén (nosotros le llamamos nacimiento) y observar de cerca a cada uno de los personajes.
    Saludos y felices fiestas,
    Hilda

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  6. Buenas, MT Andrade.

    Por una parte, el relato me ha parecido muy original, por otra, un poco lento por tanta descripción. Aun así, me ha gustado.

    "Llevan los regalos ¿Están siguiendo el camino correcto?", diría que delante de la pregunta falta un punto.

    "Esta noche es nochebuena y mañana es navidad.". Según la RAE, tanto Nochebuena como Navidad se escriben en mayúscula.

    "¡Feliz Navidad! —Respondo.". Falta la raya de diálogo y el respondo, al ser un verbo dicendi, tendría que ir en minúscula.

    Felices fiestas. Nos leemos.

    Un saludo.

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  7. MT, muy descriptivo. Pensamientos quizá de lo que pasó o desearías que volvieran a pasar. salu2 Feliz Navidad.

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  8. Hola Marcos, no podía cerrar este ciclo de literautas sin leer a los compañeros del final de la lista. La historia es entrañable con las descripciones de ese portal navideño. Se añoran esos momentos, sobre todo cuando faltan seres muy queridos. Un abrazo y feliz año nuevo

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  9. Hola Marcos .una descripción de un belén ,quizás lo que le falte no sea diálogos si no villancicos. Felices fiesta y prospero año. José María

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  10. Hola Marcos, una acertada descripción del belén y su entorno, hay quienes afirman que pudo ser el nacimiento en verano, por lo de los pastores al aire libre, pero son cosas que nunca sabremos y quedarán para el libre pensamiento y la imaginación del común de los mortales. Es un relato muy entretenido y que se lee con agrado. Un saludo y felices fiestas. Soy Leosinprisa.

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