Gina D´Algo
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Aquella mañana algo extraordinario sucedió. Viví, desconcertado, como mi acompañante se iba separando de mí para introducirse, poco a poco, a través de un angosto pasaje que lo iba succionando, y finalmente desaparecía. ¿Habría terminado su largo cautiverio?
No podía creer que me fuese a quedar allí encerrado. Viéndome solo, la angustia se apoderó de mí.
Notaba que las paredes del claustrofóbico lugar se me echaban encima, empujándome hacia no sabía dónde. ¡Tenía que escapar o moriría aplastado! Afortunadamente mi instinto de supervivencia era mayor que el miedo que sentía hacia lo desconocido. ¿Obtendría por fin mi ansiada libertad?
En el exterior una luz intensa me cegó y tardé unos instantes en recuperar el resuello.
Mientras relinchaba e intentaba, con mucha dificultad, mantenerme erguido; mi hermano ya mamaba plácidamente succionando las ubres de Morita.
Algunos de los turistas que aquel día visitaban el rancho, dedicado a la crianza de caballos de pura raza española, tuvieron la ocasión de presenciar mi nacimiento, aplaudiendo entusiasmados mi llegada al mundo. ¿Acaso presintieron que yo llegaría a ser un ganador del Derby de Kentucky?
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Buenas, Gina.
ResponderEliminar¡Buah! Vaya giro final tan bueno, me ha encantado, no me lo esperaba para nada. Muy llevado y trabajado.
Nos leemos.
Un saludo.
IreneR
Hola de nuevo Gina. No me esperaba para nada el final, creí que era alguien confinado en un espacio reducido, aunque el sujeto no perdiera la cuenta de los trescientos sesenta y cinco días de su encierro a oscuras. La verdad que así es como tienen que sentir el nacimiento los mamíferos, incluidos los humanos, tiene que ser terrible sentirse expulsados del paraíso, aunque el encierro no es tan malo, tienen garantizada la comida y el calor, aunque compartan el “apartamento” con otro inquilino.
ResponderEliminarIngenioso relato Gina, te felicito.
Gina D´Algo:
ResponderEliminarMuy bien ocultado el personaje principal. Misterioso hasta casi el final del cuento. Bien personificado. Dudo si la última pregunta está de más o no. Con las quinientas palabras disponibles, podrías haberlo continuado y nosotros saber de la vida del potrillo y si ganó alguna carrera. Felicitaciones.
Estoy en el 19 por si quieres leerlo y comentar
Cordiales saludos
Amadeo
Hola Gina!
ResponderEliminarMe encanto la formula de tu texto, corto y con un giro de 360° Muy buen trabajo!!
Me parece que la ultima oración no pega tan bien, pero es solo mi opinión
Saludos y nos leemos!
¡Ah! he presentido el final, pero no por ello ha dejado de ser interesante. salu2
ResponderEliminarHola Gina.
ResponderEliminarFelicidades por tan excelente relato. El giro final es buenísimo y la historia, preciosa. Es una opinión personal pero creo que los fetos no ansían la libertad; el parto es un trauma tanto para ellos como para la madre. Pero es tu relato y tu punto de vista.
Ha sido un auténtico placer leerte.
Saludos,
M.L.Plaza
Hola Gina!!
ResponderEliminarMuy original y ocurrente. He intuido de que iba antes del final, pero de todas maneras me ha entretenido muchisimo.
No hace falta escribir un relato largo si el punto que se desea mostrar se puede mostrar con muchas menos palabras.
Muy fácil de leer! seguí así.
si querés leer el mío es el número 20.
Saludos!!
Gina:
ResponderEliminar¡Qué imaginativa descripción de los comienzos de una vida!
Y muy buena manera de presentárnosla sin preámbulos declarativos y, además, con el misterio que nos hace imaginar muchas posibilidades y nos mantiene atentos hasta el final.
Tienes habilidad para escribir breve, sin dejar nada pendiente.
Veo un solo pequeño desliz de lenguaje:
En “Mientras relinchaba e intentaba, con mucha dificultad, mantenerme erguido; mi hermano ya mamaba plácidamente…”, en lugar del punto y coma, debe ir una coma.
Saludos.
Hola Gina. Buen micro relato, sobre todo ese cambio de parecer un tema fantástico de ciencia ficción a pasar ser una experiencia de los mas natural de este mundo como lo es el nacimiento de un ser vivo. Felicidades. Nos leemos en la próxima
ResponderEliminarHola Gina, primero agradezco leyeras mi relato. En cuanto al tuyo me pareció muy lindo. Inesperado final, la verdad me imaginaba alguien que estaba siendo encarcelado por algo. Afortunadamente un relato mucho más esperanzador. Saludos
ResponderEliminar¡Hola a todos! Soy Gina.
ResponderEliminarMuchas gracias por haber leído y tenido la gentileza de comentar mi relato.
En particular:
A Tara le agradezco me apuntara algunos detalles, como el de la temperatura en el seno materno y el del cálculo de los días de encierro. Sobre esto último, decirte que empecé a escribir la historia en tercera persona y, entonces, quedaba más justificado ese recuento de los días.
Amadeo y Carla Daniela, con la última frase, aparte de querer terminar mi historia de una manera simpática, también pretendía dar a conocer que el potrillo de mayor había llegado a ser, realmente, un ganador de ese Derby.
María Luisa Plaza, quise mostrar la gestación avanzada como algo claustrofóbico para la criatura que va nacer y, en particular, que el momento del parto a pesar de ser una experiencia traumática, resulta al fin liberadora.
Muy amables tus comentarios, Carlos Jaime Noreña. Y muchas gracias por decirme el detalle de la coma, tienes razón.
Me alegro de que algunos de vosotros hayáis apreciado la brevedad de mi relato como algo positivo.
También agradezco a Amilcar Barça y a Kirby su sinceridad.
Por último, pido disculpas a los compañeros cuyas historias no he podido comentar en esta ocasión. Espero poder hacerlo en algún otro reto, ;-)
Un cordial saludo para tod@s, y a ver qué nos proponen mañana...