Lectora70
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***
Me desperté sobresaltado y acongojado con el corazón
latiendo a mil por hora. Necesité unos minutos para que mi cuerpo, bañado en
sudor, recuperase el ritmo normal. Este sueño había sido con creces el peor en
mucho tiempo y para colmo, tenía que ver con el viaje que realizaría en apenas
unas cuantas horas.
Cuando crucé las puertas de salida del aeropuerto de Dallas,
por un momento me quedé deslumbrado por tanto sol en comparación con la lluvia
que azotaba con fuerza aquella mañana al salir de casa. En cuanto recuperé la
visión vi a lo lejos, apoyado en un todoterreno enorme, a Marc con una amplia
sonrisa saludándome con la mano. Sorteando a una gran cantidad de turistas,
conseguí llegar hasta él y nos fundimos en un caluroso abrazo.
—¡Marc, amigo mío! ¡qué bien te veo! —dije sintiendo la
presión de sus brazos sobre mi espalda, casi cortándome la respiración.
—¡Tú sí que estas bien, cabrón! ¡No sé cómo lo haces, pero
pareces el mismo tío que conocí hace veinte años en la universidad! ¿te
acuerdas Carlitos? —contestó Marc soltándome, por fin, y mirándome de arriba a
abajo.
—¡Pues claro que lo recuerdo! ¡Cada vez que nos vemos me
dices lo mismo! Pero ya es hora de dejar de llamarme con un diminutivo, ¿no
crees? —respondí—. Ya no soy aquel chavalín enclenque del que tanto te reías,
mira…ahora tengo músculos, como tú.
—¿Músculos dices? ¡Esto sí que lo son! —dijo soltando una
risotada mientras se apretaba el bíceps—. ¡Por cierto, mañana por la noche lo
vamos a pasar genial! ¡Te va a encantar el sitio donde vamos a celebrar la
Nochevieja y además vas a conocer a mis amiguetes! —exclamó entusiasmado.
Al día siguiente, por la tarde, llegamos a un auténtico
rancho americano.
—¿Este es el lugar? —pregunté alucinado.
—¡Pues claro! ¡Y mira, allí están mis amigos! —señaló
levantando la mano—. Ven que te los voy a presentar.
Diez minutos más tarde estábamos degustando una maravillosa
cena que se desarrolló con buena conversación, copas de vino y muchas risas
hasta que, poco antes de las campanadas y ataviados con gorros rojos, collares
de espumillón y matasuegras, recibimos el Año Nuevo brindando con una copa de
champán.
La fiesta estaba en pleno auge cuando de pronto unas voces
se colaron entre la música y el griterío de la gente.
—¿Has notado eso? —pregunté a mi amigo.
—¿A qué te refieres? —contestó asombrado.
—Un voz muy grave y alta, como dando órdenes y… —no terminé
la frase cuando escuchamos claramente unos chillidos.
—¡Joder! ¡Ahora sí que lo he oído! —gritó Marc—. ¿Pero qué
coño pasa?
—Hay un tío armado en la entrada —le dije poniéndome en
tensión.
Nos miramos sorprendidos cuando de repente se escucharon los
primeros disparos seguidos por desgarradores alaridos.
—¡Oh my
God! —susurré aterrado.
—¡Corred, corred! —gritó Marc tirando de mí hacia la parte
posterior de la sala.
Al tiempo que nos dábamos la vuelta el resto de la gente
hizo lo mismo. Todos corríamos sin saber hacia dónde chocándonos los unos con
los otros, presas del pánico más absoluto. En un momento dado Marc se dio la
vuelta.
—¡Vamos a la izquierda! ¡Seguidme! —chilló.
Intentábamos escapar empujando furiosamente a las personas
que encontrábamos en nuestro camino, hasta que llegamos a una pared dónde
estaba la puerta que daba al comedor donde habíamos cenado, y que abrió de una
patada.
—¡Tiraos al suelo y arrastraos por debajo de las mesas y no
paréis hasta llegar a los baños! ¡Ahora! —bramó Marc.
Sin pensar me arrastré todo lo rápido que pude hasta que vi
frente a mí a mi amigo abriendo otra puerta, con un letrero que ponía «Privado.
No entrar» y que estaba junto a los aseos. Entramos, cerramos y nos quedamos
sentados en el suelo intentando recuperar el aliento mientras nos mirábamos
asustados sin decir nada.
—¿Qué hacemos ahora? ¿Esperamos aquí escondidos? —pregunté
con voz temblorosa pasados unos segundos.
—No. ¿Veis esa estantería que hay allí? —dijo apuntando
hacia ella con el dedo.
—Sí —contestamos al unísono moviendo la cabeza
afirmativamente.
—Vamos a moverla porque detrás hay un acceso que, a través
de un pasaje, llega al exterior —explicó Marc.
—¿Cómo lo sabes? —pregunté.
—El año pasado reformé este hotel y dos edificaciones más
del rancho y se dejó esa salida intacta. ¡Y ahora, vamos, no perdamos más
tiempo! —nos apremió.
Atravesamos el pasillo como alma que lleva el diablo y
salimos a la fría noche del nuevo año.
***
Hola Lectora 70:
ResponderEliminarExcelente tensión desde los primeros tiros. Sufrí tratando de escapar con tus personajes.
Muy bueno. Un saludo
Buenas, Lectora70.
ResponderEliminarQué tensión tiene tu relato. Ha estado bien, aunque si tu idea era la de crear ese sentimiento en el lector, se podría aumentar si disminuyes un poco la introducción y utilizas esas palabras para describir un poco más la escena del ataque.
Aun así, creo que está bien escrito y llevado.
Un saludo.
IreneR
Hola Lectora 70, el ritmo que adquiere tu texto es de puro vértigo. Me parece un poco extenso el inicio y hubiese querido conocer un poco sobre la motivación del tiroteo, pero por esas fechas podría explicarse en algunos tragos de más. Espero volver a leerte. Saludos.
ResponderEliminarEntretenido, aunque yo le hubiera dado un final algo así como una inocentada. Pero claro, con todos esos incidentes que están ocurriendo de matanzas indiscriminadas, igual no hubiera pegado. Y en Dallas ya sabemos que tiran a matar. salu2
ResponderEliminarHola Lectora 70.
ResponderEliminarUn relato que se vuelve trepidante. Creo que has conseguido recrear la escena de pánico de una forma muy realista y visual.
La pega que le veo es el título y el primer párrafo, ya que más que una corazonada parece una premonición. Y si el protagonista ya vivió una situación parecida en sueños, tendría que tener una reacción diferente, o en algún momento recordar el sueño. Es que si no, el primer párrafo sobra.
Me ha gustado leerte.
Saludos,
M.L.Plaza
Hola Lectora70!
ResponderEliminarUn relato con mucha tension, de esos que no podes parar de leer. Muy buen trabajo!
Coincido con los comentarios arriba que en el inicio hay informacion no tan relevante. Respecto al sueño del comienzo, a mi me hubiera gustado alguna conexion u otra referencia más.
Un saludo y nos leemos!!
Un relato con mucha acción,pero dejas abierta muchas incógnitas, cada cual que siga la que quiera,te felicito y espero leerte en la próxima.saludos
ResponderEliminarHola Lectora 70, vaya ritmo que le imprimes a la trama. La aceleración del texto está tan bien escrita que te lleva de la mano y sin darte cuenta te toca leer "Atravesamos el pasillo como alma que lleva el diablo y salimos a la fría noche del nuevo año"
ResponderEliminarDejaste, en mi esencia de lector, el buscar lo que seguiría. Te Felicito
Un abrazo y saludos.
Lectora70:
ResponderEliminarNo me gusta insinuar a los autores otras maneras, otras formas, recortar, agregar, etc., pero me han convencido un poco los que insisten en que es extenso el inicio. Sin embargo, el primer párrafo no sobra para nada porque lo podemos interpretar como el anuncio de que todo lo que sigue es un sueño, una fantasía. Siendo así, se quedan sin piso los interrogantes y las sugerencias de algunos de los comentadores.
Estoy plenamente de acuerdo con la opinión de Osvaldo Vela.
Saludos.
Lectora 70:
ResponderEliminarMe gustó, un cuento sencillo, llevadero con tensión suficiente para no dejar de leer. Final inocente. Estoy de acuerdo con la mayoría de los comentarios anteriores. Mi aporte: Hay cacofonías en primera frase ADO y gerundios soltando, mirando y otros más.
Estoy en el 19 por si quieres leerlo y comentar
Cordiales saludos
Saludos, Lectora 70
ResponderEliminarAntes que nada, agradecerte que te hayas unido a nuestra nueva comunidad de escritura creativa, espero que siempre participes cada vez que puedas.
Tu relato, coincido con los comentarios anteriores, es de una tensión apremiante, de esas cosas que no parecen tener sentido, y que no hay una respuesta ni al final del relato: penosamente eso lo ha vivido alguno en situación similar.
Entre las mejoras, debo decirte que coincido con Amadeo, el inicio hay algunos frases clichés que se pueden evitar: corazón latiendo a mil por hora, bañado de sudor. También, recuerda que los vocativos, siempre irán precedidos por una coma: ¿te acuerdas, Carlitos?, se te pasó un "estás" sin tilde. Sobre el "pasaje" secreto, me parece un Deux Ex Machina; pero los protagonistas al menos salvaron ellos la vida.
Para mí, el sueño fue premonitorio, por ello el nombre del título. Con algunos altibajos de redacción, puedo decir que el relato me ha gustado, es vertiginoso, te acomodas a los personajes, aunque no hay nada de ambientación, la elección de la ciudad tan conocida te sitúa en ella, que esos "huecos" los rellena la imaginación del lector. Creo que ha sido un buen relato.
¡Nos leemos!