El anillo de Iliana - (R) - Ocitore

REGRESAR A LA RECOPILACIÓN.

Ocitore
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Llegar al destino no era ya significativo. La real experiencia había estado en la sala de espera, en ese trayecto que tuvo que recorrer antes de enfrentarse a una realidad que lo conmocionó. A las seis de la mañana del día anterior le había llegado el mensaje prometido. El hombre al que mataría era un poco como él. Un José Camacho falso. Pelo rizado y negro, bigote, complexión gruesa y no muy alto. Cogió el tren y se fue al vagón del grupo de turistas que iban con el mismo rumbo. Pasó el revisor y le mostró que había pagado por su pasaje. “¿También va al Rancho Sta. Anita?”—le preguntó el empleado perforando su billete—¡Qué tenga unas buenas vacaciones, señor!”. José lo miró con lástima, le pareció algo muy triste perder la vida en esas rutas de tren en las que siempre se repetía lo mismo.
Él, en cierto grado, también padecía a conciencia esos trayectos que hacía con regularidad, pero siempre encontraba la manera de disfrutar con una interesante conversación, una buena lectura o el descubrimiento de algo nuevo. Esta vez su mirada se centró en la joven mujer que tenía al lado. Era rubia y sus movimientos transmitían, al principio, una sensación rara, pero después estaba claro que eran frívolos y excitantes. ¿Usted también viaja al rancho? Le preguntó sin mirarla directamente. Ella se inclinó un poco y cogió algunos holanes de su falda, después los atrajo hacía sí y dejó ver un muslo color canela. Dijo que en esa época del año todos viajaban al mismo sitio. Ella tenía que encontrarse con un cliente que la había conocido en un casino. Le contó un poco su relación con los hombres y Camacho supo que, por una módica cantidad de dinero, que ella le había dibujado con su dedo índice en el asiento podría invitarla a un compartimiento del coche cama. Ella le insinuaba con gestos obscenos el placer que le brindaría, pero José decidió que bien podría acostarse con todas las mujeres que se encontrara en el camino después de cumplir su cometido. Además, estaba Iliana, una griega que lo había hecho conocer los secretos mejor guardados del placer y le había quitado el deseo por otras mujeres.
Antes de Iliana había sido un mujeriego incorregible, pero en seis meses ella le había exprimido ese mal hábito y ahora no sentía una verdadera atracción por nadie que no fuera su prometida. Al notar que era inútil su esfuerzo, la mujer dejó de flirtear y se ocultó en sus pensamientos. José también hizo lo propio y comenzó con el repaso de su plan. Llegaría al rancho, se camuflaría entre los turistas, tendría el aspecto de todos esos ancianos con sus esposas. Se fijó bien en que sus bermudas fueran lo más largos posible, sus calcetines blancos e impecables, sus zapatillas Nike de un modelo del año de la pera. Se colgó la cámara en el cuello y se acomodó la gorra. Faltaba una hora para llegar.
Reconstruyó su plan: sacó de la maleta mi pistola y la meto debajo de la hawaiana, me acercó al tipo que estará con los representantes del rancho para dar la bienvenida, me aseguro de que habrá un coche Ford aparcado en la parte derecha a unos metros de la entrada y cuando me hagan la señal sacaré el revolver y bang, bang. Luego correré hasta el automóvil y desapareceré.
Las cosas le salieron a pedir de boca. En el coche estaba esperándolo Iliana, se fueron a un hotel y pasaron una noche espectacular. Dos días después José Camacho esperó de nuevo que le entregaran el mensaje. Abrió el sobre. “Tienes que ir al rancho Sta. Anita. El hombre al que matarás es como tú. Un José Camacho falso. Tiene el pelo rizado y negro, bigote, complexión gruesa y no es muy alto. Recuerda lo que hemos gozado juntos. No te acuestes con la rubia del tren. Es una mujer barata. Le falta mucha clase para tener a un hombre como tú”. Rompió la carta y preparó su equipaje. Metió sus bermudas largos, un par de calcetines blancos, sus zapatillas de la edad de la pera. Revisó que la pistola funcionara bien y salió a la estación. Cogió el tren y se fue al vagón del grupo de turistas que iban con el mismo rumbo. Pasó el revisor y le mostró que había pagado por su pasaje. “¿También va al Rancho Sta. Anita?”.

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22 comentarios:

  1. Hola Ocitore.

    Antes de nada, comentarte, que me ha gustado tu relato. Creo que le has dado un final interesante, que bajo mi opinión está abierto a diferentes interpretaciones.

    1 En cuanto a la forma:

    -En el segundo párrafo en “¡Qué tenga unas… !, “Qué” no debe llevar tilde.

    -En el penúltimo párrafo en “revolver” debe llevar tilde “revólver”.

    -También en este último párrafo, falla la concordancia del tiempo en algunas formas verbales expresadas en pasado y presente. Creo que corresponde usar a partir de “Reconstruyó su plan: …” las formas verbales en presente en vez de en pasado. Al menos para mí le dan un sentido más completo a tu historia en ese punto. Las que están en tiempo futuro creo que están muy acertadas.

    2 Para el contenido:

    Creo que cumples con el reto de forma brillante. Las tres palabras brotan con naturalidad en el relato y el asesino hace acto de presencia de principio a fin.

    Por otro lado lo que he entendido después de leer tu historia, se acerca a lo que podría ser un bucle temporal. Originado por un accidente, la muerte, una enfermedad mental, la inteligencia artificial de un droide. En ese aspecto el final es abierto y el inicio del relato, creo, anticipa o insinúa el origen posible de la historia en “Llegar al destino no era ya significativo. La real experiencia había estado en la sala de espera, en ese trayecto que tuvo que recorrer antes de enfrentarse a una realidad que lo conmocionó.”

    En cierta manera, el sabor de boca que me ha dejado tu relato es muy bueno. Me ha trasladado por un momento a un paisaje futuro en el que manejar los recuerdos en la mente humana sea factible de forma terapéutica o como castigo. O a esos bucles temporales en el que un día se repite sin descanso hasta que algún eslabón se logra romper en esa cadena sin fin. Tengo que reconocer que tengo debilidad por este tipo de relatos.

    Me ha gustado mucho. Y lamento no poder aportar más.

    Apuntador Mudo, tu vecino de arriba.

    Saludos, nos leemos.

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  2. Hola Ocitore,

    Felicidades por tu relato, la verdad es que me pareció muy bueno. Los relatos circulares me parecen un alarde de ingenio y el tuyo lo es.
    En cuanto a la forma tiene varias cosas que pulir que el Apuntador Mudo te ha señalado de maravilla.
    Mi interpretación es que el prota vive hacia atrás, lo que acontece ya ha pasado, o por lo menos cree que ya ha pasado y todo desde la óptica de una carta que le da su amante. Desde mi opinión creo que es un bucle que se repite en su cabeza.
    Enhorabuena, Ocitore, me encantó.
    Nos leemos.

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  3. Caramba, he cometido un error con todos los relatos leídos anteriormente y que deseo reparar aquí: Solo veía muertes y asesinatos en todos los relatos. En este he caído en la cuenta de que el reto consistía en "meter" un asesino en el mismo. Aunque yo lo hice, sin matar a nadie, se me había olvidado. Disculpas a todos. salu2

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    1. Hola, Amilcar, no te preocupes. Los patinazos los tenemos todos. Un abrazo

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  4. Hola Ocitore.
    Leì tu relato ayer y no me atreví a comentar. Siento no estar de acuerdo con mis compañeros. Creo que el bucle final destroza la primera parte ya que la desvirtúa completamente. Tal y como lo he entendido, se trata de la vida de un sicario normal y corriente, pero al entrar en el bucle se convierte en un autómata programado para repetir constantemente el mismo asesinato. Desde luego es tu historia, pero la primera parte, tan realista, me parece mucho más interesante.
    Por otro lado, no veo qué tiene que ver las primeras frases con el resto de la historia ¿de qué sala de espera y realidad que le conmocionó habla?
    Aún así, me ha parecido un relato muy interesante.
    Saludos,
    M.L.Plaza

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    1. La sala de espera a la que se refiere el narrador son los sentimientos y recuerdos del personaje que sabe que está encerrado en un círculo vicioso y la única satisfacción es el reencuentro con su amante. Un abrazo, querida María Luisa.

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  5. Hola Ocitore, como estas?
    Tu texto me gustó mucho, y realmente me gustan los finales abiertos como el tuyo, de hecho mi relato tiene un "intento de" pero la historia me ha quedado con sabor a no se que... No entendí bien lo que sucedió y que fue lo que ocasiona esa vuelta en el tiempo? Porque eso que hayan pasado dos dias, me suena un poco raro y no se donde encerrarlo. Me encantaría que me cuentes cual era tu idea, ya que tu historia esta muy buena
    Felicitaciones y nos leemos!

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    1. Hola, Daniela, el cuento es muy sencillo. Hay un hombre que repite su viaje cada dos o tres días, en cuanto recibe la carta que le envía su amante toma el tren y viaja al rancho. Todo está predeterminado, por eso no le produce ninguna emoción, lo único que desea es volver a encontrarse con Iliana, lo que deja una cierta duda es que el personaje debe asesinar cada vez a un hombre parecido a él. Bueno, suerte y un fuerte abrazo

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  6. HOLA Ocitore,en primer lugar me alegra poder leerte de nuevo,sobre el texto creo que hay párrafos demediados largos,la historia es buena ,pero falta algo para romper ese circulo .un saludo José María.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Hola, Ocitore. ¡Tú siempre tan imaginativo! A mí me ha gustado tu cuento. Gracias por compartirlo.

    Me parece muy sugerente que en ese "anillo del tiempo" la amante siempre le dé instrucciones de matar a un hombre que se le parece, ¿tendrá algún resentimiento escondido contra él o contra alguien que se le asemeja mucho? La pregunta es retórica, no necesitas responderla ;)

    Otra cosa en la que me has dejado pensando es la palabra "holanes" que, referente al vuelo de una falda o vestido, siempre la había visto sin hache, aunque la rae no la tenga en el diccionario. Me has hecho incluso comprobarlo en el DRAE y en el diccionario de la Academia mexicana de la lengua y al final me he encontrado un artículo muy interesante al respecto. Todo esto lo digo sin ánimo de polemizar, al contrario, tu cuento me ha obligado a profundizar en "las minucias del lenguaje", lo que se agradece.

    Se te han ido algunas tildes de más (tal vez te las ha añadido word en su corrección automática): "Reconstruyó su plan: sacó de la maleta mi pistola", debería ser "saco"; "me acercó al tipo que estará con los representantes del rancho para dar la bienvenida", "me acerco" sin tilde.

    Saludos,
    Hilda G.M.

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    1. Sí, Hilda, por cierto que está este: 2. m. Méx. faralá (‖ volante). Holán, que debería ser holandés. De las tildes, son mis dedos artríticos y la ceguera. Los años no perdonan. Necesito una secretaria con urgencia. Un abrazo.

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  9. Hola Ocitore:
    Por la posición que ocupamos en la lista de los relatos publicados, me toca comentarte y lo hago con gusto por volvernos a encontrar en en esta página.
    Primeramente darte la gracias porque he aprendido la acepción de la palabra "holanes".
    Tu historia me ha gustado y la he encontrado imaginativa, aunque mis conocimientos acerca de relatos circulares son bastante escasos. Por eso sigo sin entender la segunda parte de la historia. Creía que se te había ido la mano y repetías lo que ya habías contado antes.
    Tampoco entiendo la obsesión de la mujer por matar a toda criatura viviente que se parezca al tal José.
    "No te acuestes con la rubia del tren. Es una mujer barata". ¿Será que la rubia hace sus conquistas amorosas en ese tren diariamente?
    Con relación a la puntuación estoy completamente de acuerdo con Apuntador Mudo e Hilda.
    Bueno ha sido un placer leerte y espero seguir haciéndolo en futuros retos.
    Felicidades.

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    1. Ihlupianes, gracias. Sí, en efecto, todo se repite y la rubia es una "acompañante de hombres" en los viajes. Saludos

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  10. Hola de nuevo:
    Con esta nuevo formato no queda muy claro quién hace el comentario.
    El anterior lo ha hecho Vespasiano.
    Gracias.

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    1. Si utilisas el formato de Anónimo, se indica que coloques el nombre que usas en tu relato o seudónimo, también puedes utilizar el formato Nombre/URL, este último no es necesario rellenar. Penosamente, estamos usando los recursos gratuitos existentes, ya que no contamos con los recursos ni con los programadores que recreen lo mismo que teníamos en Literautas. Disculpas.

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  11. Hola compañero Ocitore, vamos a por tu anillo.
    Aunque no queda del todo claro, has hecho un relato interesante y creo que experimentas con los ciclos temporales quedando abierto a múltiples interpretaciones. Un asesino que, por alguna razón que no se explica, queda atrapado a repetir la experiencia circular (no sé si mental o física)
    En los aspectos formales te indico varias cosas:

    - Repeticiones o palabras similares en la misma frase. Ej: “REAL experiencia” “una REALIDAD”
    - Un pequeño detalle sobre la mujer rubia, imagino que debía ser teñida ya que sus muslos eran de color canela, o bien rubia natural y medias canelas.
    - Una palabra nueva que he aprendido “holanes” (la desconocía)
    - No hay concordancia con los tiempos de los verbos. Ej: “Reconstruyó su plan: sacó (SACARÉ) de la maleta mi pistola y la meto (METERÉ) debajo de la hawaiana, me acercó (ACERCARÉ) al tipo que estará con los representantes del rancho para dar la bienvenida, me aseguro (ASEGURÁNDOME para evitar tantos “MES”) de que habrá un coche Ford aparcado en la parte derecha a unos metros de la entrada y cuando me hagan la señal sacaré el revolver (REVÓLVER) y bang, bang. Luego correré hasta el automóvil y desapareceré.

    Las características físicas las trabajas muy bien y se hace fácil visualizar a los personajes.
    Los pocos diálogos muy naturales.
    En fin, Ocitore, que me has hecho pensar ;) y no he sacado ninguna conclusión clara.
    Un cordial saludo compañero.

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    1. Por si no ha quedado claro, soy Isabel Caballero, la del 22

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    2. Hola, Tara, gracias por las observaciones, todo correcto. En lo referente a al plan que está en primera persona, sería en estilo directo, pero me faltaron las comillas: Saludos.

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  12. Saludos, Ocitore
    Muchas gracias por participar en el inicio de esta nueva comunidad, se agradece tu participación.
    Muy interesante el punto que has tratado de retratar en tu relato. Ya te han mencionado algunos puntos de mejora, o de pulimiento para aclarar esas intenciones. En lo particular, ese bucle me pareció extraño, sobre todo al leer algunas de tus aclaraciones. Pero la imaginación del escritor no encaja al cien con la nuestra, y con finales tan abiertos las interpretaciones son tan variadas como el número de lectores.
    A mi entender, si es algo constante y repetitivo, hablamos de tres factores: El asesino que se dirige a un rancho a cometer un crimen programado, la novia griega que lo espera en ese lugar (algo que no entiendo si ella le da la comanda, porque no se van los dos en el auto, sin necesidad de usar el tren), y la mujer rubia. El nombre de la victima es la misma.
    Me parece que en mi cabeza hay una interpretación completamente alejada a la idea central que has tenido, y es que este hombre, está bajo la hipnosis de una mujer para condicionarlo a quizá cometer un crimen contra otro o contra si mismo, haciendolo repetir una y otra vez, hasta que él no sienta ningún remordimiento, solo complacencia a ella. Me recordó de alguna manera la historia de "El candidato de Manchurian", donde un grupo de soldados son hipnotizados para creer realidades inexistentes.
    Como no tengo en panorama completo, mi mente de escritora rellena esos huecos, y siento que me he alejado mucho de lo que tu tenías en mente. Así que puedo decir honestamente que me ha gustado, pero siento ese vacío que siguiendo tu trama, pudo pulirse un poco más, para llegar a una solo conclusión: la tuya.
    ¡Nos leemos!

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  13. Hola Ocitore
    Excelente relato. Perfecto el omitir el comienzo del mensaje. Y apenarse del empleado, porque él creía encontrar la manera de disfrutar de esos trayectos que se repetían.
    ¿Y los otros pasajeros? ¿Creía él que podía cambiar su relación con la rubia del tren?
    Quizá en otro relato nos cuentes algo sobre otro pasajero. ¿La rubia?
    Felicitaciones.
    Saludos MT Andrade

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